Las tendencias de la Administración en la gestión migratoria, perspectiva 2019
La llegada del nuevo año nos brinda no solo la oportunidad de examinar y estudiar las tendencias relativas a los procesos migratorios observados durante el transcurso del año que ya hemos dejado atrás, sino también nos ofrece la oportunidad de proyectar las tendencias que nos esperan para el recién empezado 2019.
Y es que son las mismas estadísticas y experiencias en la tramitación de diversos expedientes migratorios los que nos posibilitan llevar a cabo la predicción de cómo será la gestión administrativa y gubernamental del flujo migratorio nacional.
Antes de adentrarnos en el ejercicio de deducción y predicción de lo que nos aguarda el año 2019, es necesario echar la vista atrás y examinar las cifras que han marcado al año 2018. El saldo migratorio a nivel nacional (es decir, la diferencia entre las llegadas y salidas de España) fue positivo y ha contribuido al leve crecimiento de la población española, contribuyendo al rejuvenecimiento de la población. Se prolonga por lo tanto la tendencia que se observó en el año 2017. Por ello, podemos dar por concluida la burbuja emigratoria de hace una década, y podemos observar el aumento de una movilidad esporádica y a corto plazo.
Mas allá de las estadísticas del flujo migratorio nacional, se han percibido una serie de costumbres en los que a la gestión administrativa y gubernamental nacional de la movilidad se refiere en el año 2018.
Desbordamiento
La primera de estas (y digna de resaltar) ha sido el desbordamiento que han sufrido los distintos organismos administrativos nacionales, fruto de la abundante presentación de solicitudes (especialmente ante la Unidad de Grandes Empresas). Esta inundación de solicitudes y expedientes, ligada al escaso número de funcionarios habilitados para el estudio de dichas solicitudes; provocó una obstrucción y parálisis de la administración. El evidente desbordamiento de trabajo de la administración se ha manifestado en otros aspectos de esta que van más allá de la demora habitual de la resolución. Uno de los indicios sintomáticos del rebosamiento de trabajo se evidenció en dicha administración, que suspendió temporalmente la atención al público y las consultas telefónicas. Sin embargo, la mayor consecuencia ha sido la implícita aprobación de la mayor parte de las solicitudes con la implementación de un silencio positivo.
Falta de uniformidad
Otra tendencia a resaltar ha sido la falta de uniformidad a nivel nacional de los registros locales para los extranjeros. Y es que los registros locales (ya sea el padrón como el certificado de registro de ciudadano de la unión europea) han exhibido diferencias importantes y significativas dependiendo de en que administración del territorio nacional se tramitasen.
Escasa formalización de los requisitos
Finalmente, y tal vez, una de las tendencias más significativas del 2018 ha sido la no codificación y escasa formalización de los requerimientos, la cual ha obligado que a través de la experiencia y la deducción, la definición de los requerimientos implícitos para cada proceso. Ejemplo de esto ha sido el cambio en las estipulaciones de la Unidad de Grandes Empresas de la documentación a presentar y de sus exigencias, así como la modificación de los requerimientos de las administraciones locales para sus distintos procesos que no se han divulgados. Como consecuencia de la discrecionalidad de las administraciones se ha permitido la pequeña pero significativa modificación de los requerimientos.
Nuevas autorizaciones
Como elemento destacable del 2018 cabe resalta la introducción de una nueva autorización de residencia la cual permite a aquellos que hayan concluido sus estudios residir en España con el fin de que estos busquen empleo en España o lleven a cabo un proyecto empresarial.
El desglose de las diferentes corrientes del 2018 nos permite la proyección de los posibles cambios que nos encontraremos en el 2019, en lo que a la gestión migratoria de las diferentes administraciones se refiere. Dada la lenta naturaleza de la elaboración legislativa y de su eventual implementación, razonable asumir que los cambios que veremos serán pendulares y reaccionarios a las tendencias anteriormente mencionadas.
Por ello, se puede esperar una formalización y unificación a nivel nacional de los distintos procesos y exigencias. Por ejemplo, se puede esperar de la Unidad de Grandes Empresas un desglose más exhaustivo y detallado de los requerimientos para la presentación de sus solicitudes. Asimismo, y con el fin de reducir el elevado número de solicitudes presentadas ante la Unidad de Grandes Empresas se verá un endurecimiento considerable de los requisitos para optar a las autorizaciones concedidas por esta administración.
El reforzamiento de los requisitos no solo vendrá motivado por el deseo de reducir el número de solicitudes presentadas si no también por llevar a cabo una búsqueda de personal cada vez más altamente cualificado, subiendo así de manera paulatina el listón para lo que se denomina como personal altamente cualificado. Asimismo, y como viene siendo habitual para diversos países, se puede esperar que las exigencias de las solicitudes reflejen a las necesidades de los distintos sectores económicos al país y que estás mismas exigencias vayan dirigidas a compensar las lagunas económicas del país.
Por Carlos Sáenz de Tejada – Global Immigration Consultant
Expat Advisors
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